RITA HAYWORTH ESTUVO AHÍ

RITA HAYWORTH ESTUVO AHÍ

RITA HAYWORTH ESTUVO AHÍ
Había nacido Viena Park, con toda suerte de tentaciones, actuación estelar del barman incluida. Aunque, y aquí se desdobla aún más la historia, aquel no era un local propio de Viena Capellanes, sino el resultado de una ruptura....
Cuando se habla de una empresa ya cercana a cumplir los 150 años de existencia, como Viena Capellanes, resulta claro que más allá de sus logros comerciales, y de un indudable instinto para renovar estrategias en perfecta sintonía con los constantes cambios que se producen en la sociedad, su relato es también, en gran parte, el relato de todos nosotros. Hace mucho que dejó de ser una simple marca, una franquicia, un lugar de referencia acosado por las sombras de lo destinado a no perdurar. Décadas y décadas de transformaciones, de empeños, de riesgos, de implementaciones y de aplacar contratiempos, hacen ya de esa empresa una parte más de la fisonomía de la ciudad, inherente a su misma esencia. Góngora escribió que “no existe la calle sin piedras mudas ni la casa sin ecos”. Frente a los monolíticos símbolos con los que muchos buscan darle una fisonomía a la ciudad en su propio interés, son nombres como el de Viena Capellanes, los verdaderos estratos de nuestra identidad colectiva, y por tanto, estarán inevitablemente entreverados en la historia siempre viva de Madrid.
 
La reciente polémica en torno a un posible desmán urbanístico en el emblemático edificio de Florida Park situado en el parque de El Retiro es un buen ejemplo de ello. El mítico local es uno de los últimos edificios que conservaba el parque de cuando era jardín real, otra obra de Isidro González Velázquez (1765-1840), discípulo de Juan de Villanueva, de las muchas que diseñó por encargo de Fernando VII. Se terminó de construir en 1817 en la parte noroeste del Retiro, quedando reservada para uso exclusivo del monarca, uno de los caprichos románticos que el rey ordenaba erigir con carácter puramente recreativo. En su interior había una colección de autómatas que representaban escenas folclóricas andaluzas, entre cuyos personajes había un contrabandista, el mismo que acabó por darle el nombre al lugar: La Casa del Contrabandista, otro bello alarde de la imaginación popular.
 
Pero tras la Revolución de 1868, y el destronamiento de Isabel II, el Real Sitio del Buen Retiro pasó a ser propiedad municipal y declarado parque público con el nombre de Parque de Madrid, lo que hizo que la casa quedase en una especie abandono administrativo hasta que en 1890 se convirtió en una suerte de balneario o, por usar la terminología de la época, en un “gabinete oxiterápico”, dirigido por el doctor José del Pino Cuenca. Otro remedio “milagroso” tan propio de esos tiempos. Ya fuera vaporizada o bebida, esas aguas milagrosas reportaron no pocos réditos, e incluso amparándose en las argucias de algún leguleyo, permitía que cada día dos pobres recibieran tratamiento gratuito para curarse de los males que les aquejaran, lo cual, no sabemos si tenía efectos terapéuticos beneficiosos para los invitados, pero sí que conseguía que se ampliasen las licencias para seguir en tan singular emplazamiento. No obstante, el tiempo puso a flote los desmanes y acabó convertido en lo que al parecer siempre fue: un kiosco de bebidas y refrigerios para los que disfrutasen del parque.
 
Pero fue una aventura longeva, abarcando casi tres décadas, y es entonces cuando otro negocio se hizo con el lugar, y, cómo no, se empapó de su singular recorrido. Había nacido Viena Park, con toda suerte de tentaciones, actuación estelar del barman incluida.
 
Aunque, y aquí se desdobla aún más la historia, aquel no era un local propio de Viena Capellanes, sino el resultado de una ruptura. Cuando Matías Lacasa, uno de los fundadores de la empresa, falleció, su herencia quedó dividida entre su viuda y su sobrino Miguel Lacasa. Ella quedó a cargo de la fábrica y de la tienda de la calle Preciados, y él de la tienda situada en la calle de Alcalá. Para sobrellevar mejor la abrumadora carga, su viuda les pidió ayuda a unos sobrinos: Pio y Ricardo Baroja.
 
Fueron ellos quienes se enfrentaron a Miguel Lacasa en los tribunales para reclamar el derecho de usar el nombre Viena Capellanes en exclusiva, alegando que esa denominación hacía referencia a la casa matriz, muy próxima a la fábrica cerca de los capellanes. La justicia sentenció en su favor y la viuda y los Baroja ya era los únicos legitimados a usar dicho nombre.
 
Un siglo después, no son pocas las panaderías en Madrid que, si bien tiran del gancho de la palabra Viena, deben adjudicarle un signo de distinción (Nuevo Viena, Viena Sol, Viena Azul) que clarifique de inmediato que nada tiene que ver con el empeño de Matías Lacasa, ni con todos aquellos que vinieron después, los mismos que ahora siguen luchando para mantener ese nombre más alto que nunca.
 
Cuando Viena Park cerró, el local, tras diversos cambios que no siempre respetaron la estructura y la obra original, acabó convertido en Florida Park, restaurante y local de conciertos que con el tiempo se hizo legendario. La lista de nombres que actuaron allí es de las que debe hacer llorar a cualquier promotor musical: Rocío Jurado, Tina Turner, Lola Flores, Liza Minelli, Montserrat Caballé, Julio Iglesias, Olga Guillot… Y el público, en fin, ¡quién no querría ir a un bar donde podías sentarte cerca de Rita Hayworth, de Lauren Bacall, de Sofia Loren o, cómo no, de Ava Gardner! Uno de los grandes templos de la noche madrileña. Ya en los años 70, José María Íñigo emitía en directo desde su escenario y todo un país, ensimismado, lo contemplaba.
En 2013, el Florida Park echaba el telón por última vez. Pero no deja de dar coletazos y parece que se le intenta insuflar un nuevo renacer. Esos nombres están en nuestra genética.
 
Porque basta pronunciar Viena Capellanes y la evocación está servida. Tan anclado a estas calles como lo están sus señas de identidad. Ahora el tiempo juega a su favor. Son Historia al mismo tiempo que la siguen escribiendo. Y, cuando rebusque en los entresijos de algún lugar concreto de esta ciudad, que a nadie extrañe encontrarse el nombre de Viena Capellanes donde menos te lo esperas.
 
El Retiro.
Florida Park.
Viena Park.
Viena Capellanes.

Imperecederos, como todo lo que se construye con la materia de la que están hechos los sueños….
 
Ada Simón
 

 

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